HISTORIA DE LA GORRA
DE MONTEHERMOSO
(Versión publicada en el anuario de las fiestas de San Bartolomé 2001)
Resulta inverosímil aceptar que una prenda tan confusamente adornada tuviese como única finalidad proteger la delicada piel femenina de los rigurosos rayos del sol. No, la gorra de Montehermoso hubo de tener otro significado.
Diversos símbolos, identifican a determinados pueblos.
La ancestral gorra fue un legado de los celtas, no hay duda alguna que tal debió ser su origen. Su morfología y simbolismo así lo pregonan. Las tribus celtas del llano rendían culto a la mujer a la que aderezaban con multitud de adornos. Esta zona estuvo habitada por la tribu de los Arragones o Salagones de donde viene el nombre al río.
La gorra de Montehermoso, confeccionada con paja de centeno, tiene profusión de adornos: botones de nácar, pasamanería, fieltros, briznas en redondel y el espejito, pregonero de la moza y ausente en los lutos de la vejez.
Su forma con anchas alas y abertura posterior así como su elevado casquete tenían como finalidad adaptarse al peinado celta ya que, como es sabido, éstos recogían el pelo formando el moño, al igual que aún lo hacen las mujeres de avanzada edad en Montehermoso.
Los adornos de la gorra montehermoseña, hacen clara alusión al culto heliolátrico o culto al sol y a los astros de estas primitivas tribus.
El adorno más significativo es una figura en forma de óvalo en la parte frontal que representa al sol.
En la primitiva gorra este óvalo estaba constituido por un metal refulgente que posteriormente la coquetería femenina sustituiría por un brillante espejo que utilizaban las mozas para adencentarse el peinado cuando salían al campo.
El motivo ornamental en la parte superior del casquete es siempre una estrella de ocho puntas, clara alusión al culto astral.
La profusión de adornos, que apenas deja vislumbrase la paja de centeno subyacente, obedece a una de las características utilizadas por los celtas, el "horror vacui" u horror al vacío, pues cubrían con profusión de adornos la práctica totalidad de la superficie sin dejar apenas espacios libres.
Tiene pues esta singular joya un origen ancestral.
Tres tipos de gorras que son diferenciados como indicadores de status femenino: solteras, casadas y viudas. La gorra de soltera, es la gorra de espejo o galana, en el frontal de la copa lleva un espejito en medio de un fleco de lana multicolor y rodeado de un cordoncillo, lleva además borlas de lana saliendo de encima del ala, corazones, estrella, espigas, etc. de color rojo. La gorra de casada no lleva espejo, en su lugar va la clavelera, un óvalo con punta hacia abajo, adornos en color rojo y azul y botones de nácar. La gorra de viuda lleva básicamente los mismos adornos, estrella, espiga, tira, clavel y clavelera y botones, los adornos de tela en negro. Las tres llevan tiras y ataderos para sujetarla a la barbilla o a la nuca.
En Montehermoso las gorras han sido indumentaria cotidiana de campo o de paseo y aún las usan las personas mayores, y de modo general hoy, en celebraciones festivas, junto con los trajes típicos.
Nota: artículo extraído del anuario de fiesta Montehermoso 2001 sin que en el mismo figure el autor del artículo.
1 comentario:
Excelente artículo.
Me ha hecho ilusión saber que después de tanto tiempo aún sigue impartiendo clases y publicando artículos interesantes como el que nos trata.
Un saludo de parte de un antiguo alumno de Morcillo.
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